Cuando oímos “colágeno” nos viene a la cabeza un tratamiento de belleza, o productos antiarrugas. Sin embargo, el colágeno también es un complemento alimenticio natural con múltiples beneficios.
El colágeno es la proteína más abundante en nuestro cuerpo y la que forma la estructura de los tejidos, como la piel, los huesos, cartílagos, ligamentos o tendones; también aporta resistencia a vasos sanguíneos, córnea ocular, dientes, encías y cuero cabelludo.
Dada su importancia, su consumo como complemento alimenticio está recomendado en personas que quieren mantener una piel tersa y flexible, y en deportistas o personas con dolor en las articulaciones.
Uno de los mejores es COLNATUR, pues se trata de colágeno natural hidrolizado, un regenerador soluble. Éste, mediante la digestión, proporciona a nuestras células los componentes específicos de esta proteína (aminoácidos), facilitándoles su labor de elaborar y sintetizar nuestro propio colágeno.
¿Cómo debe tomarse Colnatur?
Lo aconsejable es consumirlo dos meses de tratamiento y uno de descanso. Eso sí, puede tomarse sin límite de tiempo, durante todo el año.
Colnatur es un nutriente que se asimila fácilmente y es totalmente seguro, ya que no tiene ningún efecto secundario contraproducente. Además, está hecho exclusivamente a base de productos naturales y no contiene nada de alérgenos, colorantes, conservantes, gluten, lactosa, grasa ni colesterol, por lo que es compatible con dietas de adelgazamiento, así como para personas con intolerancia a la lactosa, diabéticas y celiacas. También es bajo en sodio.
Se debe tomar 10 gramos de colágeno hidrolizado al día, disuelto en cualquier líquido (leche, zumo, batido, infusiones, agua, etc.) para que nos ayude a mantener el buen estado de nuestro colágeno, ralentizando el deterioro y envejecimiento de los tejidos de los que forma parte, especialmente los de las articulaciones, huesos y piel.
¿A qué edad es recomendable comenzar a tomar Colnatur?
Según sexo y edad recomendamos:
- En hombres, a partir de los 50.
- En mujeres, entre los 45 y los 50 años, coincidiendo con la llegada de la pre-menopausia, pues es cuando se empieza a notar la pérdida de densidad y elasticidad en la piel, así como un mayor desgaste de huesos y articulaciones.