La hipertensión arterial es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. Es decir, es el aumento de la presión arterial, la presión que ejerce el corazón sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo; obteniéndose la máxima presión en cada contracción del corazón y la mínima con cada relajación.
Un factor de riesgo
La hipertensión arterial se considera un factor de riesgo por varios motivos:
- La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento es perjudicial porque no está acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.
- Puede intensificar las afecciones cardiovasculares en aquellas personas que ya han tenido un problema cardiovascular.
- Propicia la arterioesclerosis (colesterol en las arterias) y trombosis, que pueden producir infartos. Además, en el peor de los casos, la hipertensión puede reblandecer las paredes de la aorta, provocando una aneurisma, o su rotura, lo que inevitablemente causa la muerte.
Cómo se diagnóstica
El diagnóstico se basa en un fácil procedimiento de medición, aunque en algunos casos son necesarias pruebas como el holter de presión arterial.
Para el diagnostico hay que tener presente estas recomendaciones:
- La hipertensión arterial no produce síntomas y puede pasar inadvertida.
- Es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
- Hay predisposición familiar, aunque se da también en personas sin antecedentes.
Pero, ¿Cómo se mide?
La presión arterial se mide mediante tensiómetros. Para que la medición sea correcta y de resultados válidos debes seguir una serie de indicaciones:
- Mide la presión arterial siempre a la misma hora.
- Debes estar relajado. No beber, comer, fumar ni hacer ejercicio físico la media hora antes de hacer la medición. Además, debes reposar 5 minutos antes.
- Siéntate cómodamente con la espalda apoyada, no cruces las piernas y quítate la ropa que pueda oprimirte el brazo.
- Si el tensiómetro es de brazo, coloca el manguito dos o tres centímetros por encima del codo. Deja la palma de la mano boca arriba y el codo ligeramente flexionado a la altura del corazón. Si es de muñeca, pon la muñequera a la altura del corazón.
- No hables durante la medición y realiza dos mediciones separadas al menos dos minutos. Quédate con el resultado de la media de ambas.
Una vez tienes la medida es importante saber si está en el nivel adecuado.
¿Cuáles son los niveles normales de presión arterial?
- Presión arterial normal. Los niveles de máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Cifras más bajas también pueden considerarse normales, siempre que no provoquen ningún síntoma.
- Presión arterial normal-alta. Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, los niveles superiores a 140/85 mmHg también se consideran altos.
Tratamientos para la Hipertensión arterial.
El mejor tratamiento de la hipertensión es una buena prevención que evite su aparición:
- No fumes, ni bebas alcohol en exceso.
- Controla tu peso. El sobrepeso es una causa de hipertensión. Rebajarlo reduce la presión arterial y disminuye el riesgo cardiovascular y de diabetes. Para ayudar a bajar de peso hay complementos alimenticios que ayudan a eliminar el exceso de grasa corporal y la retención de líquidos como Lipomorosil o Adipocell.
- Haz ejercicio para bajar las cifras de presión arterial. Además, aumenta la masa muscular y la capacidad de esfuerzo, ayuda a controlar el peso y logra disminuir el riesgo cardiovascular.
- Práctica una dieta cardiosaludable: reducir sal, consumir omega3, reducir el consumo de grasas poliinsaturadas, consumir aguacate, nueces, aceite de oliva,…
- Tratamiento farmacológico. Si eres hipertenso no puedes conformarte con las recomendaciones anteriores, ya que es posible que debas seguir un tratamiento farmacológico.